domingo, 3 de julio de 2016

Yalal Ad-Din Muhammad Rumi.

La montaña guarda un eco muy por dentro de sí misma. 
Así es como guardo el recuerdo de tu voz. 

Soy un trozo de madera aventada a tu fuego, y rápidamente me reduces solamente en humo. 

¡Te miré y me convertí en vacío!

Este vacío, más hermoso que la existencia, destruye la existencia, y aún así, cuando llega, la existencia florece y crea más existencia......

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