domingo, 15 de noviembre de 2015

Catamarca Fábrica de Alfombras

La fábrica de alfombras y el mercado artesanal de Catamarca, se encuentran a pocas cuadras del centro de la ciudad y es uno de los paseos más interesantes.
Su ingreso se hace por el mercado artesanal donde hay una exposición y venta de artículos de toda la provincia de Catamarca. Allí se pueden conseguir ponchos, pulóveres, tapices, trabajos en piedra rodocrosita, cerámica, madera y metal.




A su vez se exhiben telares, fotos, morteros y también se venden vinos, aceitunas y nueces. Sin embargo la parte más movida y también artesanal se encuentra en la parte posterior, donde se ubica la fábrica de alfombras.
En su primer salón hay diferentes alfombras y tapices en exhibición y venta que resulta muy interesante para ver, y si desea comprar, los trabajos que llevan meses y años en realizarse.
Luego una amable guía lo llevará a conocer los secretos y las manos que realizan semejantes trabajos. En el taller se ven diseñadores y mujeres que nudo a nudo van armando lo que ven en una hoja milimetrada y nos ayuda a entender qué se va formando en el telar.
El paseo es gratuito y permite tener una idea de lo que la provincia produce por tradición, aunque algunas tradiciones sean nuevas.
La fabricación de alfombras comenzó en Andalgalá en el año 1950 de la mano de un inmigrante persa que confeccionó alfombras con telares como los que usaban en su país y educó sobre su trabajo a los catamarqueños. Ahora sus trabajos compiten y se venden en el mundo entero



Considerada la única fábrica de alfombras artesanales de la Argentina, tiene 30 telares donde una mayoría de mujeres tejedoras llega a hacer trabajos con 160.000 nudos por metro cuadrado. Trabajan con lana de ovejas del lugar: tejen a pedido para clientes corporativos o particulares. Hay empresas que encargan minitapices conmemorativos con su logo; otros piden desde trabajos de gran envergadura, hasta caminos o tapetes para los pies de la cama. Se hacen alfombras en estilo inglés, persa, chino, francés, moderno, precolombino o con diseños por encargo. Una alfombra de 2 x 2 metros y medio lleva ocho meses de trabajo.

La gerente, Soledad Soria, cuenta los proyectos: “Nos estamos preparando para exportar, estamos participando de Expoartesanías Colombia- Bogotá, hemos incursionado en rondas de negocios internacionales en el marco de las ferias Puro Diseño y ArteBa. Continuamos trabajando sobre obras de Nicolás Leiva, un artista plástico argentino radicado en Miami. También con Gustavo Piñero y Pablo Peisino en ArteBa con la muestra “Cruzados” a partir de sus obras. Buscamos fortalecer la producción de la fábrica, manteniendo la calidad e incorporando nuevas líneas de diseño”. Con el creador catamarqueño Atilio Paez trabajamos en el diseño y la confección de fajas, collares y accesorios realizados con la técnica de nudos". La gestión actual de la gerente  incluye la convocatoria a artistas plásticos de todo el país que quieran sumar sus diseños a un emprendimiento que multiplica puestos de trabajo con alto contenido artesanal de un producto que lleva muchas etapas.

CÓMO SE HACE

El diseñador traspasa la imagen que tendrá la alfombra -que puede ser una foto, un logo o un dibujo- a un papel milimetrado, que luego será interpretado por la tejedora, para quien cada milímetro cuadrado representará un nudo. El ovillado de la lana -usan mezcla de oveja Lincoln con criolla- está a cargo de un grupo de mujeres que arman los ovillos de diversos colores, cuyo tamaño y peso varía de 200 gramos a 2,5 kilogramos, según el dibujo y colores que tendrá la alfombra.

La superficie que ocupará cada color implica una cantidad previamente calculada de gramos de lana, y ese proceso está a cargo de estas mujeres que llegan a ovillar hasta 8 o 10 kilos en un día. De la urdimbre se encargan los varones, debido a que hay que levantar piezas de muchos kilos, y consiste en preparar la malla metálica con hilos de algodón torsionado -para que sea más fuerte y resista los tirones del tejido-: es la base donde trabajan las tejedoras. Frente a ellas, el papel milimetrado y pintado por el diseñador orienta la imagen que va tomando forma y color en el telar, un trabajo que puede demandar varios meses y debe ser hecho por la misma tejedora para que sea uniforme. Soledad Soria, explicó que los últimos pasos del proceso son el lavado, el recorte grueso y fino y el teñido de flecos. El recorte primero, que se hace con tijeras grandes y pesadas, también es trabajo para hombres que emparejan los pelos al mismo nivel; después siguen las mujeres, con unas tijeras muy pequeñas, para cortar y
delimitar con precisión el dibujo de la alfombra. Por último, se hace el teñido de los flecos, y para el caso de los tapices los tarjados y colocación de pompones si fueron pedidos por el cliente.

La fábrica funciona en turnos de seis horas, con más de 30 tejedoras en los telares y otras artesanas que se esmeran en la cadena que incluye el diseño, ovillado, urdido, tejido, lavado, recorte, relieve y sedificado. La mayoría de los trabajos se hacen en lana de oveja y el urdido y entramado en algodón; la calidad sorprendió a los diseñadores Martín Churba y Benito Fernández que visitaron la fábrica.





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