martes, 10 de junio de 2014

Natalia Lewitan

"Ella tiene reflejado en sus ojos el brillo de las estrellas. Ella sueña, vive, siente y comprende. Ella prefiere volver sola al amanecer porque sabe que ahí afuera no puede encontrarlo. Agotada de estructuras y manuales para aprender a vivir, prefiere la simpleza de las experiencias que siempre le enseñan, quedarse quieta cuando todos corren. Ella está rodeada de gente, pero sabe que no debe apoyarse en nadie, que es su propio templo, aunque hubo un tiempo en que se olvidó de sí misma, pero luego resurgió y aprendió a volar. Ella se pregunta si alguna vez alguien llegó a conocer su verdadera esencia; mezcla de lenguaje, luz y silencio. En ella habita lo que fue, es y será. Conoce de abismos, también de sonrisas que se dibujan constantemente en su rostro. Ella es un espejo para muchos, maneja el arte de la intuición como ninguna, danzando entre los límites de la humanidad. Ella es de acá y de más allá. Entendió por fin que la única manera de ser, es siendo. Que la vida empezó a otorgarle chispas de colores cuando se dio cuenta que dentro suyo estaban las respuestas y el mundo. Entonces pudo verse de manera distinta, reconocerse. No es raro que te sorprenda un día cualquiera dando vueltas por ahí, rebosante de dicha. Algunos dicen que su alma se encendió de tal forma que su resplandor te puede llegar a enceguecer, otros creen que se convirtió en sol"

Natalia Lewitan

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