miércoles, 30 de abril de 2014

Las Mujeres del Agua

A la orilla de los lagos vivía una joven que tenía las manos viejas. Su primera misión era infundir tüz -fuego espiritual o alma- en docenas de preciosos patos de porcelana. Su segunda misión era darles cuerda con unas llaves de madera insertadas en las plumas del dorso. Cuando se les acababa la cuerda a los patos de porcelana, éstos se caían y sus cuerpos se rompían, entonces ella tenía que abanicar con su delantal a las almas que salían para enviarlas al cielo. Esa era su tercera tarea. Y su última tarea era volver a infundir tüz en otros preciosos patos de porcelana, darles cuerda y liberarlos hacia sus vidas.

El cuento de “Las Mujeres del Agua” nos enseña a preguntarnos ¿Quién soy yo realmente? ¿Cuál es mi trabajo aquí? Nuestra tarea es la infusión de tüz en nuestras ideas, vidas y las vidas de los que se relacionan con nosotras. El envío del alma a su hogar es nuestra tarea. La liberación de una lluvia de chispas que llenan el día y crean una luz que nos permiten encontrar el camino a través de la noche es nuestra tarea.

Mujeres que corren con los lobos de Clarissa Pinkola
Arte de Ronnie Biccard
 Fuente:https://www.facebook.com/voz.purpura?fref=photo

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