jueves, 20 de octubre de 2011

Como un pentagrama…


Pentagrama es una serie de cinco líneas paralelas
donde el compositor ubica las notas de la escala musical,
compás tras compás, hasta lograr un caminar melódico.
Comentan que un día, Amadeus Mozart, a los cinco años,
entusiasmado recorría las teclas del piano, como buscando algo.
Se le acerca un conocido y le pregunta: ¿Qué estás buscando?
El niño le contesta: “Las que armonizan y ubicadas,
forman finalmente un hermoso concierto”.
Amadeus Mozart, ubicando correctamente las notas musicales,
compuso melodías inolvidables. Pero demos un paso más.
Si en lugar de notas musicales ubicamos personas,
nos damos cuenta que es difícil la convivencia,
ponernos de acuerdo en el pentagrama de la vida.
Las notas obedecen al talento del genio.
Y nosotros, las personas, debemos poner ingenio
para liberarnos de ataduras, egoísmo y soledades
que provocan disonancias que separan.
“La unión hace la fuerza“.
Juntos, hermanados es más fácil y llevadero.
Recordemos que los tizones separados, nunca harán fogón.
La búsqueda de caminos para encontrar la unidad,
debe estar presente en nuestro ideal de vida.
Hemos progresado en todos los campos, y asombrosamente…
“los hombres de hoy hemos aprendido a volar como pájaros
y a nadar como los peces, pero no hemos aprendido
el arte de vivir juntos, como hermanos”.
Si cultivamos buenos sentimientos abriremos caminos
que llevan a la unidad ya que los intereses mezquinos
jamás han logrado uniones duraderas.
Cuánto tenemos que progresar en el campo de la convivencia.
El desafío que nos lanzó Jesús:
“Amaos los unos a los otros”, lo hemos trastocado,
como decía el inspirado cómico Cantinflas,
en “armaos los unos contra los otros”.
En el pentagrama de la vida busquemos las notas que se “aman”,
ubicándonos de tal manera que conformemos una sinfonía
y así seamos protagonistas en la “Civilización del Amor“.

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