jueves, 30 de septiembre de 2010

Mariposas azules - Cuento infantil


Graciosa y en pausado aleteo, volaba feliz entre los árboles del bosque, una hermosa mariposa, con alas azules y puntos dorados, reflejando los rayos del sol.
Inocente junto a sus hermanas, libaba aquí y allá una flor, llevando el polen en sus patitas y antenas, cumpliendo así el ciclo de polinización.
No conocían el peligro, algunas de ellas contaban que había pasado (hacía muchos años), un cazador de mariposas y se había llevado algunos ejemplares.
Ellas no tenían miedo, su generación había resistido tantos años en la cima de los árboles que era casi imposible que se extinguieran. Se reproducían por cientos todos los años.
Pero… cierto día cuando celebraban una danza nupcial, vieron levantarse grandes lenguas de fuego sobre el bosque y extensas nubes de humo subían hasta el cielo.
Horrorizadas comenzaron a volar, avisando a los demás animales e insectos, todos iniciaron la huída hacia el lado opuesto del fuego.
Pero las llamas eran veloces y el tremendo calor lo favorecía, devorando todo a su paso.
Muchos animales pequeños que no podían huir, fueron presas del fuego.
Los árboles calcinados quedaron hechos cenizas, junto a las demás plantas que servían de alimento al voraz fuego.
Las mariposas de alas azules y oro, acostumbradas a volar muy lento no pudieron resistir el calor de las llamas que no tuvieron piedad de esas alas tan hermosas, y estériles fueron sus esfuerzos por huir.
Pasaron los días, el fuego se extinguió cuando al fin, una lluvia salvadora cayó sobre el bosque. Pero este bosque tan bullicioso y alegre por los cantos de las aves, el aleteo de las mariposas y el colorido de las flores, hoy es un cementerio gris y tétrico, humeante aún y silencioso a no ser por algún quejido de un agonizante sobreviviente.
Días antes del incendio, una joven, había recibido un ramo de hermosas orquídeas lilas, cortadas de ese bosque. Milagrosamente escondidas entre sus pétalos, pequeñas larvas dormían en su metamorfosis.
Poco después, las mariposas azules sacaron sus hermosas alas y volaron, volaron en busca de un nuevo bosque.

CRISELDA M.

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