martes, 31 de agosto de 2010

Yoga: el sendero de una auténtica salud Prof: Ana M. Desirello


El yoga es una fuente de energía y de salud, es una técnica de equilibrio, de armonía, para hacer al hombre más feliz y proporcionarle la fortaleza, esa paz y esa felicidad que busca todo ser humano.
Lo que más preocupa a la persona es la salud, con ella sobrevendrán muchas cosas que queremos desarrollar o alcanzar, pero sin ella nada es posible. La salud es el estado de completo bienestar, físico, mental y social y no la ausencia de enfermedades y males. Y para gozar de esa suerte se requiere una medicina preventiva, una curativa y una recuperadora, según la fase de la enfermedad.

En las tres etapas tiene un lugar destacado la técnica yoga, aunque juega el papel fundamental en el tratamiento preventivo. Potencia las defensas internas de la naturaleza y previene contra esos venenos de la mente, tales como el odio, el miedo, la ansiedad, la depresión o la angustia, que tanto perjudican al ser humano y le provocan enfermedades.

Para el yoga el ser humano es un universo en miniatura y un acumulador de energía, de prana. Dicha energía rige las funciones del cuerpo y de la mente. Las principales fuentes de esta energía son la respiración saludable, la alimentación pura, el sueño reparador, el descanso adecuado, la tranquilidad y el control mental.

Las técnicas del yoga físico (asanas, respiración, relajación y otras), facilitan el desarrollo muscular, estimulan o hacen reposar los distintos órganos y sistemas, aumentan el riego sanguíneo, descontracturan lo tenso, regulan las secreciones, y hacen trabajar grupos musculares inactivos en la vida sedentaria.

El tratamiento de las enfermedades psicosomáticas debe abarcar la doble vertiente somática y psíquica. Y aquí es donde encaja el tratamiento curativo y preventivo del yoga. Si la enfermedad es un desequilibrio orgánico o psicológico, o ambos, el yoga, como método equilibrador y liberador, proporciona una sistemática práctica física, mental y espiritual que desemboca en una disciplina integral del hombre y un sendero hacia la salud total.

El amor cura (Ho’oponopono)


El siguiente texto fue escrito por el Dr. Joe Vitale. La historia que nos cuenta y sus reflexiones encierran un desafío y una bendición: la realidad externa a nosotros es nuestra propia creación individual y, si aceptemos plenamente este hecho, podemos sanarla a través del amor.

La sanación de tu mundo comienza en ti:


Hace unos años, escuché hablar de un terapeuta en Hawaii que curó un pabellón completo de pacientes criminales con serias patologías (locos) sin siquiera ver a ninguno de ellos. El psicólogo estudiaba la ficha del recluso y luego miraba dentro de si mismo para ver cómo él (el psicólogo) había creado la enfermedad de esa persona. En la medida en que él mejoraba, el paciente mejoraba también.

La primera vez que escuché hablar de esta historia, pensé que era una leyenda urbana. ¿Cómo podía cualquiera curar a otro tratando de curarse a si mismo? Y, ¿cómo podía, aunque fuera un verdadero maestro, con un gran poder de autocuración, sanar a criminales insanos? No tenía ningún sentido, no era lógico. De modo que descarté esta historia.

Sin embargo, la escuche nuevamente un año después. El terapeuta había usado un proceso de sanación hawaiano llamado “Ho´oponopono”. Nunca había oído hablar de esta técnica, sin embargo no podía dejar de pensar en esa historia. Si era totalmente cierta, yo tenía que saber más.

Siempre había entendido que “total responsabilidad” significaba que soy el responsable de lo que pienso y hago. Pero lo que esté mas allá, está fuera de mis manos. Creo que la mayor parte de la gente piensa lo mismo acerca de la responsabilidad: somos responsables de lo que hacemos, no de lo que los otros hacen. Pero eso no es así.

El terapeuta Hawaiano que sanó a esas personas mentalmente enfermas, el Dr. Ihaleakalá Hew Len, me enseñaría una nueva perspectiva acerca de lo que es la total responsabilidad. Probablemente hayamos hablado una hora en nuestra primera conversación telefónica. Le pedí que me contara la historia completa de su trabajo como terapeuta.

Me explicó que había trabajado en el Hospital Estatal de Hawaii durante cuatro años. El pabellón donde encerraban a los enfermos criminales era peligroso. Por regla general los psicólogos renunciaban al mes de trabajar allí. La mayor parte de los miembros del personal se enfermaban al poco tiempo o simplemente renunciaban. La gente que atravesaba el pabellón caminaba con sus espaldas contra la pared, temerosos de ser atacados por los pacientes. No era un lugar placentero para vivir, ni para trabajar ni para visitar.

El Dr. Len me dijo que el nunca vio a los pacientes. Acordó tener una oficina y estudiar los legajos. Mientras miraba esos legajos, trabajaba sobre si mismo. Y mientras lo hacía, los pacientes mejoraban.

“Luego de unos pocos meses, a los que debían permanecer encadenados se les podía permitir que caminaran libremente” me dijo. “A otros, a quienes tenían que mantener permanentemente medicados, se les podía reducir las dosis. Y algunos, que no hubieran tenido jamás la posibilidad de ser liberados, fueron dados de alta”. Yo estaba asombrado. “No solamente eso”, continuó, “sino que el personal comenzó a disfrutar de su trabajo.”


“El ausentismo y los cambios de personal disminuyeron drásticamente. Terminamos con más personal del que necesitábamos porque los pacientes eran liberados, pero todo el personal venía a trabajar. Hoy ese pabellón está cerrado.”

Aquí es, lógicamente, donde le hice la pregunta del millón de dólares: “¿Qué estuvo haciendo usted consigo mismo que provocó el cambio en esas personas?”

“Simplemente estaba sanando la parte de mí que había creado sus enfermedades”, dijo él. No entendí. El Dr. Len me explicó que la total responsabilidad se extiende a todo lo que está presente en tu vida, simplemente porque está en tu vida. Es tu responsabilidad en un sentido literal. Todo el mundo es tu creación.

¡Uau! Esto es muy difícil de aceptar. Ser responsable por lo que yo hago o digo es una cosa. Pero ser responsable por lo que cualquiera que esté en mi vida haga o diga, es otra muy distinta. Si asumes completa responsabilidad por tu vida, entonces todo lo que ves, escuchas, saboreas, tocas o experimentas, de cualquier forma, es tu responsabilidad. Esto significa que la actividad terrorista, el presidente de tu país, la economía o cualquier cosa que experimentas y no te gusta, están allí para que tu las sanes. No existen, por decirlo así, excepto como proyecciones que salen de tu interior. El problema no está ahí afuera, está en ti, y para resolverlo, tú debes cambiar.

Sé que esto es difícil de aceptar, mucho menos de vivirlo realmente. Echarle a otro la culpa es mucho más fácil que asumir la total responsabilidad. Pero mientras hablaba con el Dr. Len, comencé a comprender que esta sanación tan particular, el Ho’oponopono, significa amarse plenamente a uno mismo.

Si deseas mejorar tu vida, debes sanar tu vida. Si deseas curar a cualquiera, aún a un criminal mentalmente enfermo, lo haces curándote a tí mismo.

Le pregunté al Dr. Len cómo se curaba a si mismo, qué era lo que hacía exactamente cuando miraba los legajos de los pacientes.

“Simplemente decía ‘Lo siento’ y ‘Te amo’, una y otra vez” explicó él: “Lo siento… Te amo”

“¿Sólo eso?”

“Sólo eso.”

“Resulta que amarte a ti mismo es la mejor forma de mejorarte a ti mismo. Y mientras te mejoras a ti mismo, mejoras tu mundo.”

Permíteme darte un rápido ejemplo de como funciona esto: en una oportunidad recibí un e-mail muy agresivo, que me desequilibró. Normalmente hubiera intentado manejar la situación trabajando sobre mis aspectos emocionales más negativos o tratando de razonar con la persona que envió el mensaje. Esa vez decidí probar el método el Dr. Len. Me puse a pronunciar silenciosamente “lo siento” y “te amo”. No lo decía a nadie en particular. Simplemente estaba invocando el espíritu del amor para sanar, dentro de mí, lo que estaba creando esa circunstancia externa.

En el término de una hora recibí otro e-mail de la misma persona. Se disculpaba por el mensaje anterior. Ten presente que no realicé ninguna acción externa que provocara la disculpa. Ni siquiera contesté el mensaje. Sin embargo, sólo diciendo “te amo”, de algún modo sané dentro de mí lo que estaba creando en él.


Más tarde asistí a un taller de Ho’oponopono dirigido por el Dr. Len, que tiene ahora más de 70 años y es un chaman venerable y solitario.

Alabó mi libro, “El Factor Atractivo”. Me dijo que mientras yo me mejore a mí mismo, la “vibración” de mi libro aumentará y todos lo sentirán cuando lo lean. En resumen: a medida que yo me mejore, mis lectores mejorarán.

“¿Y qué pasará con los libros que ya he vendido y han salido de mí?” pregunté.

“No han salido realmente”, explicó una vez más soplando en mi mente su sabiduría mística. “Aún están dentro de ti”. En resumen: no hay afuera. Me llevaría un libro entero intentar explicar esta técnica con la profundidad necesaria, para transmitir algo así como que cuando desees mejorar cualquier aspecto o situación en tu vida, hay sólo un lugar donde intentarlo: dentro de ti. Y cuando mires allí, hazlo con amor”.

Dr. Joe Vitale

Ver mas en :
http://www.amarseaunomismo.com/webinario-de-ho-oponopono/

miércoles, 25 de agosto de 2010

Vicentico "Solo Un Momento" Video Clip (Nuevo Tema 2010)

Cuál es aquel camino que tengo que tomar?
Si sólo hay un destino al que puedo llegar
Si siempre viajé solo
Y siempre vos fuiste mi faro en la ciudad
En la ciudad.

Es sólo un momento
Es una mirada y saber
Cuál es el camino
Y así nada más.

Es sólo un momento
Es una mirada hacia atrás
Yo quiero saber, mi amor
Si al llegar, vas a estar, allí
Vas a estar allí.

Cuál es la hora exacta en que tengo que partir
Cuántas son las señales que tengo que seguir
Si siempre viajé solo
y siempre vos fuiste mi faro en la ciudad
En la ciudad.

Es sólo un momento
Es una mirada y saber
Cuál es el camino
Y así nada más.

Es sólo un momento
Es una mirada hacia atrás
Yo quiero saber mi amor
Si al llegar
Vas a estar allí.

Es todo silencio
La última mirada hacia atrás
Saber el camino
Y así nada más.

Sólo un momento
La última mirada hacia atrás
Yo quiero saber mi amor
Si al llegar, vas a estar, allí
Vas a estar allí.

martes, 24 de agosto de 2010

El despertar - Jorge Luis Borges

Entra la luz y asciendo torpemente
De los sueños al sueño compartido
Y las cosas recobran su debido
Y esperado lugar y en el presente
Converge abrumador y vasto el vago
Ayer: las seculares migraciones
Del pájaro y del hombre, las legiones
Que el hierro destruyó: Roma y Cartago.
Vuelve también mi cotidiana historia:
Mi voz, mi rostro, mi temor, mi suerte.
¡Ah, si aquel otro despertar la muerte
Me deparara un tiempo sin memoria
De mi nombre y de todo lo que he sido!
¡Ah, si en esa mañana hubiera olvido!

lunes, 16 de agosto de 2010

Un vuelo de azules mariposas - Mercedes Durand


Un vuelo de azules mariposas
Le inundaba la frente
Y los pasos menudos del rocío
Verdecían el musgo
Empurpuraban más a los geranios
Y agitaban su pulso?

La noche de un agosto fronterizo
Entre el gozo y el miedo,
(mariposa-zenzontle-miel-canela)
Sacudió sus entrañas
Y el rumor pizarrino de la lluvia
Y el dolor de la sangre
Despertaron mi llanto
Y heme aquí? desde entonces.

La madre de María Inmaculada
Bendijo mi venida
Entre Kyries y Salves y Acordaos
Y mieles de achicoria?
Nací del llanto y con la lluvia tenue
Una noche sin noche
En vuelo de opalinas mariposas
?entre barro y canela?
Y por anual me dieron el zenzontle
Y por signo un lucero
Y por herencia el viento, la colina
Y el mar y el horizonte?

El Ángel de la leche me dormía
En brazos de mi madre
Y el morro de una tímida sonaja
Sacudía mis manos?

Pronto mis pies corrieron por la casa
Y conocí a la hormiga
A la chiltota ?prima del naranjo?
Al zompopo de mayo?

Jugué al escondedero con mi sombra
Y el libro de Mantilla
Y el ábaco de cuentas rojo-blancas
Y la manzana rosa
Y Sor Emilia con su toca nardo
Me fueron familiares?

Miedos estacionados en los goznes
De puertas y ventanas
Asomaron su voz de medianoche
En perros sincopados
Y trac-trac de carreteras ambulantes?

Un ser estaba siendo ente y era
Construido con palabras,
Asombros, experiencias y consejos
De luna y porcelana?

Un ser estaba siendo ente y era
Romboide en espiral,
Lámpara del no-yo, luz del nosotros,
Sombra de girasol,
Gota infinita del mar existencial,
Fragmento del no-ser?

Un ser esta siendo ente y era
Átomo de galaxia,
Cristal de cosmonauta en agonía,
Espuma sideral,
Profética visión de aconteceres,
Salmo del siglo XX?

Un ser estaba siendo ente y era
Lágrima de la tarde
Escudilla de sílabas y nombres
Racimo de palabras?

Ella, que todo lo tuvo – Angela Becerra

“Desandar el camino de la ilusión era un trayecto durísimo que conocía de memoria:
…Caminar cien pasos hasta lograr la invisibilidad del dolor para que nadie se enterara.
…Cruzar el río de la nada diaria.
…Mirarse en el espejo de su vulnerabilidad con las pupilas dilatadas por falta de lágrimas.
…Girar a la derecha… y adentrarse en el pozo oscuro de la palabra escrita”


En este mundo deshumanizado en que vivimos, en el que cada uno va a su aire, es inevitable que el escritor reflexione sobre el discurrir de la vida, sobre los éxitos y los fracasos, y sobre el sentido de la existencia. Se trata de una nueva suerte de existencialismo no transcendente, sino cercano y asentado en el día a día.
La desazón ante una realidad vacía, la sensación de fracaso vital, el replanteamiento de los proyectos personales o la sensación de soledad llenan páginas y más páginas de los libros que hoy se editan.

Por este camino discurre, a nuestro modo de ver, ‘Ella, que lo tuvo todo’, de Ángela Becerra (Cali, Colombia, 1957). Publicista de éxito, Becerra decidió abandonar su trabajo en el año 2000, para dedicarse a su pasión: la escritura. Fruto de este valiente giro han sido ya varios libros de no escaso éxito, que le han proporcionado premios como el Azorín, en 2005, y el Iberoamericano Planeta-Casa de América de Narrativa, en 2009.

Desde el volumen de poemas ‘Alma abierta’ ha dado a la luz novelas como ‘De los amores negados’, ‘El penúltimo sueño’ y ‘Lo que le falta al tiempo’ y, ahora, aparece ‘Ella, que lo tuvo todo’ (Editorial Planeta, 2009).


Es éste un relato de cierta extensión -424 páginas- que nos presenta a una mujer, Ella, que se dedica a la literatura. Pero, tras sufrir un grave accidente, deja de escribir. En plena crisis de identidad, emprende un viaje a la ciudad del arte, a Florencia, en busca de una historia que le contó su padre y que ella espera le inspire una novela y le devuelva, así, su fuerza para escribir.

Allí trabaja restaurando libros y visita, cada tarde, una antigua librería en el Mercato Nuovo, donde se encuentra con su dependiente, un hombre tan solitario y misterioso como ella. Pero pocos saben que lleva una doble vida: en su afán por salir de su apatía vital, crea un personaje enigmático, una suerte de cortesana, ‘La Donna di Lacrima’, que recibe en un lujoso piso a hombres solitarios que le cuentan sus penas y buscan su cuerpo.

Como vemos, nos encontramos ante un personaje –desconocemos si autobiográfico- que ha perdido su camino vital y se halla desnortado en un mundo hostil. Por ello, busca encontrar el verdadero sentido de su vida y lucha por hallar la felicidad. Se trata, en suma, de un conmovedor relato cargado de sensualidad y bastante bien escrito, aunque, a nuestro juicio, demasiado extenso con relación a su argumento.

Diálogo sobre un diálogo - Jorge Luis Borges

A. Distraidos en razonar la inmortalidad, habíamos dejado que anocheciera sin encender la lámpara. No nos veíamos las caras. Con una indiferencia y una dulzulra más convincentes que el fervor, la voz de Macedonio Fernandez repetía que el alma es inmortal. Me aseguraba que la muerte del cuerpo es del todo insignificante y que morirse tiene que ser el hecho más nulo que pueda sucederle a un hombre. Yo jugaba con una navaja de Macedonio; la abría y la cerraba. Un acordeón vecino despachaba la Cumparsita, esa pamplina consternada que les gusta a muchas personas, porque les mintieron que es vieja... Yo le propuse a Macedonio que nos suicidáramos, para discutir sin estorbo.

Z (burlon).- Pero sospecho que al final no se resolvieron.

A (ya en plena mística).- Francamente no recuerdo si esa noche nos suicidamos.

Una forma de vivir uniendo el cuerpo, la mente y el espíritu Ana M. Desirello


El yoga es un método de perfeccionamiento y evolución del hombre, su práctica empieza con la mejora del cuerpo y termina con el progreso espiritual. Es un autodominio personal, corporal, psíquico y espiritual, que se encarga de unir el cuerpo con la mente y el espíritu.

En 1927 Indra Devi, viajó a la India, se enamoró de esa cultura y comenzó a instruirse acerca del yoga, con el paso de los años se convirtió en la mujer occidental que introdujo esta disciplina en el continente americano y en la mayoría de los países europeos.

El Yoga tiene numerosas ramas pero el objetivo de todas ellas es el mismo, conseguir la unión con la Conciencia Suprema.

-Gnana Yoga: de la búsqueda intelectual

-Bhakty Yoga o Karma Yoga: el yoga del amor dirigido hacia lo divino

-Raya Yoga: el yoga de la concentración interior

-Hatha Yoga: el yoga del cuerpo físico (cuerpo, mente, espíritu) que ayuda para la iniciación de las prácticas de los otros tres yogas.

La experiencia consiste en una parte física realizando ejercicios llamados posturas o asanas, (hay 84 diferentes de las que se derivan otras intermedias y que evocan elementos de la naturaleza), y una parte mental que depende de la concentración para lograr el efecto deseado de las posturas.

A través de menores movimientos perseverantes, se alcanzan mayores beneficios y para eso se enseñan técnicas de respiración y reglas para relajarse logrando la armonía emocional que se necesita.

Argentina tiene miles de adeptos que practican semanalmente esta disciplina cuya función es trabajar sobre el metabolismo y modelar la figura, despertando los sentidos a través de tres pilares: la relajación (concentración mediante el “Om”, mantra o palabra sagrada que desarrolla el sentido del oído), la respiración (que se apoya en el sentido del olfato) y la actividad física (encargada de corregir las posturas corporales).

Pero el principal potencial del yoga se centra en fundir el arte y la ciencia para lograr una mejor calidad de vida, ahuyentando enfermedades y retrasando el envejecimiento, en especial el Hatha Yoga que agrega vida a nuestros años porque se adapta más a la cultura occidental donde las personas tienen una vida más agitada.

Las mejoras son casi inmediatas, luego de la tercera clase ya comienza a notarse una apertura mental para iniciar nuevas actividades.

Por otra parte, acompañado de otras variantes del yoga, como el arte, la meditación, el amor o la alimentación, se alcanza una verdadera filosofía de vida, que colabora con las diferentes terapias de la medicina tradicional, al lograr rápidamente sus efectos positivos. Esto se debe a que el yoga purifica la mente (sistema nervioso) y revitaliza el cuerpo.

Justamente por ser una disciplina psicosomática, única en su género, los médicos de la medicina tradicional la apoyan porque ayudan a sus diagnósticos y a complementar sus técnicas.

Aunque en todas las edades se lo puede practicar es altamente recomendable para las personas de edad avanzada, ya que a través del yoga logran beneficios porque al devolverle al cuerpo la flexibilidad de la columna vertebral (verdadero eje vital) calma la excitación nerviosa, relaja los músculos contracturados, vivifica los órganos vitales, agudiza los sentidos, aumenta la vitalidad, disminuye el insomnio y el stress.

A partir de los siete años de edad se puede comenzar a practicarlo porque se va amoldando a las insuficiencias y limitaciones de cada persona, en los jóvenes es importante porque ayuda a clarificar dudas, caminos a seguir, a encontrarse con su propio ser, aumentar la autoestima y aprender a valorarse.

Para lograr todos estos beneficios se debe ser constante y seguir la disciplina de manera gratificante, con concentración y asiduidad, así conducir a un nivel superior de conciencia que corresponde al Estado de Yoga.

Antelación del amor - Jorge Luis Borges


Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
ni la privanza de tu cuerpo, aún misterioso y tácito y de niña,
ni la sucesión de tu vida situándose en palabras o acallamiento
serán favor tan persuasivo de ideas
como el mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis ávidos brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria del sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha en la selección del recuerdo,
me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes,
Arrojado a la quietud
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré por vez primera quizás como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del Tiempo
sin el amor, sin mí.

domingo, 15 de agosto de 2010

Collin Mc Carty


En ocacsiones la senda que escojemos es larga y difícil,
pero recuerda: esas sendas son las que siempre conducen
hacia los panoramas más bellos.
Inevitablemente aparecen desafíos;
tu reacción ante ellos es lo que determina quien eres-dentro de tu corazón
y todo lo que serás incrementa tus posibilidades de alcanzar
la meta emprendiendo la labor en forma gradual.
Todo lo que se te pide es que hagas lo mejor que puedas hacer
date cuenta de que eres capaz de llevar a cabo milagros por tu propio esfuerzo.
Recuerda que las oportunidades golpean tu puerta por alguna razón
y las oportunidades que te convienen están al alcance de tu mano.
No necesitas ganar todas las veces, pero si necesitas saber
que hace falta para ganar.De ti depende encontrar la llave
que abre la puerta hacia una vida más cerca de la verdad
que te permite sobrevivirlas; y sobrepasarlas.
Cruza tus puentes. Enfréntate a tus desafíos.
Persigue tus aspiraciones y acércalas cada vez más a tu corazón.
Abandona los “si tan solo” y procede con lo que necesitas
hacer para que todo este bien. Persigue todo lo que deseas
de la vida, con las bendiciones de todas las personas
que te aman y descubre lo que significa realizar tus deseos.

Collin Mc Carty

El Instante - Jorge Luis Borges

¿Dónde estarán los siglos, dónde el sueño
de espadas que los tártaros soñaron,
dónde los fuertes muros que allanaron;
dónde el Árbol de Adán y el otro Leño?
El presente está solo. La memoria
erige el tiempo. Sucesión y engaño
es la rutina del reloj. El año
no es menos vago que la vaga historia.
Entre el alba y la noche hay un abismo
de agonías, de luces, de cuidados;
el rostro que se mira en los gastados
espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
otro Cielo no esperes, ni otro Infierno

Esperando al contratista (Marguerite Duras)


Una tarde de M. Andesmas es como una feliz provincia del gran imperio de los sentidos más inesperados e insurrectos. La novela origina todo tipo de ideas narrativas de lo más subversivas y es un estimulante tratado de poesía de las incertezas

Andesmas es la contracción de tres apellidos: An (telme), des (Forêts) y Mas (colo). Se ha dicho que fue un guiño irónico de Marguerite Duras a los tres hombres que en aquellos días de 1960 en los que escribía su novela L'après-midi de M. Andesmas (Una tarde de M. Andesmas) le reprochaban sus excesivas intervenciones en la prensa. Tal vez quiso reírse de ellos, indicarles a sus tres queridos amantes que ya no necesitaba de ninguna clase de tutela masculina, que podía andar perfectamente sola y había entrevisto, además, un lugar de soledad magnífica ante el abismo: un lugar encontrado (según Adler en su biografía sobre la escritora) entre Saint-Tropez y Gassin, una casa fascinante porque desde ella podía dominarse un valle, un bosque, un pueblo y, al fondo, el inmenso mar. Esa casa, que no acabó comprando y a la que solo parecía faltarle una terraza frente al espacio que se estiraba hacia el vacío, la transformó en el escenario de su ficción sobre el señor Andesmas, anciano sobrecogido por la intensidad de una luz y de un abismo.
A Una tarde de M. Andesmas suelo volver en días como hoy en los que me vence una extraña modorra, quizás por haberme quedado de pronto sin incertidumbres acerca del arte de novelar. En ocasiones como ésta, cuando caigo en ese estúpido sopor sin dudas, suelo reaccionar a tiempo y recurrir al libro de Duras. Lo hojeo, lo releo, y poco a poco voy viendo cómo esa novela, al tiempo que crea interrogantes y origina todo tipo de ideas narrativas de lo más subversivas, me permite ir felizmente recuperando mi inseguridad, pues todo el libro es un estimulante tratado de poesía de las incertezas.

Desde mi recobrada incertidumbre de ahora, dudo tanto de todo que me pregunto incluso si contarles a ustedes que Tango-Tango -pieza que Carlos d'Alessio compuso para India Song y que se oye por toda esta casa de campo de gran horizonte tropical desde la que escribo- me está llevando, con su poder evocador, hasta la carta desgarradora que en los años setenta mandó Duras a Claude Gallimard, el mensaje que escribió en los días en los que comenzaba a sentirse aislada y frente al abismo y despreciada por su editor:

"Usted está desbordado de trabajo. Y yo tengo que vivir, estoy sola y ya no soy joven y no quiero acabar en la miseria. (...) No hay vuelta de hoja, quiero defenderme, no soy ninguna santa. Nadie lo es. El martirio de los últimos años de Bataille (siempre le faltaban unos pocos francos) no me parece normal. (...) Si no vendo más aquí, me iré al extranjero".

Ese "me iré al extranjero" me transporta a los días en los que Duras, muchos años después, ya en pleno declive de su vida, regresó literalmente a lo que llamó el estado salvaje de la infancia. De ese foráneo viaje interior le hablaría precisamente a Javier Grandes cuando le dijo que había regresado a cierta jungla de desvarío, al estado más salvaje de la infancia, y ya no recordaba nada, ni se acordaba de nadie.

A esa vida extranjera va precisamente asomándose el viejo que, situado en Una tarde de M. Andesmas en el centro de una plataforma, alcanza sólo a ver el borde de un abismo lleno de luz y atravesado por pájaros. Ocioso y solo, el señor Andesmas espera al contratista de obras Michel Arc, al que quiere encargar la construcción de una terraza en ese elevado lugar. Reposa el anciano en un sillón de mimbre. Hace mucho calor. Morosidad narrativa. Del abismo cuyo fondo no puede ver sube la música de un pick-up. Es la canción del verano: "Cuando las lilas florezcan, amor mío, / cuando las lilas florezcan para siempre".

Pasa un perro anaranjado. Michel Arc tarda. Se le espera, pero no llega. (En un primer momento la novela iba a titularse Por descontado, el contratista vendrá). La espera se apodera del relato y M. Andesmas ve de pronto a la mujer de Michel Arc que le habla frente al abismo y le cuenta que ha sido abandonada por su marido. El viejo a su vez ha sido engañado por su querida hija, que se ha fugado con el contratista. Todo muy banal, si se quiere. Pero quizás Duras quiere indicarnos que su trama -cualquier trama- está siempre muy por debajo de la gran poesía de la nada. Lo cierto es que la sombra del haya parece por momentos agrandarse. Se tensa la dramática banalidad y sube de vez en cuando desde el fondo del valle la canción del verano. "Cuando las lilas florezcan para siempre".

Termina por parecernos magistral el registro poético de Duras en esa plataforma que da al vacío. Parte de su talento en el relato de esa espera parece proceder de viejas enseñanzas de su admirado Maurice Blanchot, partidario de una literatura que buscara la fuerza oculta de las palabras, una literatura que sólo existiera en y a través de la literatura y en la que, en definitiva, el acto mismo de escribir perforara el núcleo de ilegibilidad. Por eso en algún momento puede incluso llegar a parecernos que Duras, dinamitando una a una las palabras del silencio, se ha dejado allí la vida.

Se diría que Una tarde de M. Andesmas, que se lee con el ya casi olvidado placer de demorarse en frases que tienen larga carga lírica propia, es como una feliz provincia del gran imperio de los sentidos, pero de los sentidos más inesperados, más insurrectos. ¿O acaso Duras no aportó siempre una gran fuerza de subversión en el seno mismo de las fuerzas narrativas? Por su lento compás poético, La siesta de M. Andesmas es capaz de generar placer al margen de las significaciones. El libro fascinó a Antonio Gamoneda, que fue quien me lo descubrió cuando escribió acerca de esta novela de Duras una nota memorable en un Babelia de 1996: "Advertí cómo el libro no imitaba la realidad ni la imaginaba, sino que la creaba: el tiempo de la escritura pasaba con lentitud y facilidad, físicamente; existían silencios reales; como decía el texto, estaba en curso un acontecimiento, y éste consistía en ausencia, inmovilidad, abandono. El discurso era el curso de los hechos; la narratividad valía físicamente por la inmovilidad de M. Andesmas esperando".

Novela de la poesía de la espera y de la acción morosa y etérea que nos recuerda que existe un arte de la suprema libertad, un arte que novela la realidad desde la ficción misma. "Monsieur Andesmas soy yo", podría haber dicho en cualquier momento Duras, pensando en sus pobres amigos y amantes (An-des-Más), próximos los tres a entrar en el estado salvaje y extranjero de la vejez, tan pensado sólo para abismarse.

Ausencia, inmovilidad, abandono. La recuerdo a ella, a la autora, inmóvil en lo alto de la escalera final de su casa de Neauphle-le-Château. Quieta, vacía de repente, después de haberme regalado Una tarde de M. Andesmas y preguntarme si conocía a Barral, a su editor español. No es un recuerdo raro. Más de una vez nos había confesado que de pronto se sentía literalmente vacía, como si percibiera que existía, pero sin identidad. "Me noto a veces ausente del lugar desde donde hablo", nos dijo un día. Ella venía de Indochina y de un gran silencio, y sabía que callar era un modo de expresarse y también que tenía que buscar en la literatura la fuerza oculta de la palabra. Por eso sólo sentía realmente que escribía cuando esa fuerza afloraba.

Cae de golpe en el Trópico la tarde, cae sobre esta casa de campo, justo cuando Tango-Tango está llegando a sus últimos compases y en la novela M. Andesmas piensa en su hija que se ha ido con Michel Arc y le ha abandonado allí frente al cielo eterno. Quiere olvidarse de los dos. "Alguna vez me libraré de su recuerdo. ¿Habrá usted muerto para entonces?", le pregunta a la mujer del contratista. Silencio, desesperación. Las manos cruzadas de la mujer presionando las rodillas del viejo. La noche avanzando sobre la plataforma, sobre el abismo, sobre el mar. Abajo, en el valle, siguen el pick-up y la vida. "Cuando las lilas florezcan, amor mío", sería la respuesta que daría hasta la misma sombra del haya.

-

www.enriquevilamatas.com

viernes, 13 de agosto de 2010

Me dueles - Jaime Sabines


Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza. Córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.

Entre los escombros de mi alma, búscame,
escúchame.
En algún sitio, mi voz sobreviviente, llama,
pide tu asombro, tu iluminado silencio.

Atravesando muros, atmósferas, edades,
tu rostro (tu rostro que parece que fuera cierto)
viene desde la muerte, desde antes
del primer día que despertara al mundo.

¡Qué claridad de rostro, qué ternura
de luz ensimismada,
qué dibujo de miel sobre hojas de agua!

Amo tus ojos, amo, amo tus ojos.
Soy como el hijo de tus ojos,
como una gota de tus ojos soy.
Levántame. De entre tus pies levántame, recógeme,
del suelo, de la sombra que pisas,
del rincón de tu cuarto que nunca ves en sueños.
Levántame. Porque he caído de tus manos
y quiero vivir, vivir, vivir.

Asanas - Control del cuerpo, control de la mente Ana M. Desirello


Los asanas son esquemas corporales que tienen diferentes efectos sobre el cuerpo y sus funciones, el carácter, las energías, la mente y el sistema emocional. Estas posiciones corporales del yoga exigen necesariamente la observación estricta de una técnica y unos requisitos para complementarse y enriquecerse recíprocamente.

El asana es una técnica de persuasión positiva para el cuerpo y la mente y se clasifica en dos grandes grupos, según actúen más directamente sobre el centro mental o sobre el cuerpo. Unos son los asanas de meditación, que son utilizados principalmente para llevar a cabo las técnicas de interiorización, y los otros son los asanas psicofisiológicos que ejercen más que nada, su beneficio sobre el cuerpo, sus funciones y sus energías. Esto es así porque favorecen los tejidos y el organismo, previenen contra determinados trastornos físicos o psicosomáticos, activan todas las zonas del cuerpo y se encargan de que sean abastecidas de sangre para revitalizarlas, y colaboran en el perfeccionamiento del sistema circulatorio.

Si bien 84 posturas son las tradicionales y de ellas 20 las fundamentales, las posturas del yoga son miles. Son llamadas por nombres de animales, plantas, héroes, sabios, magos y divinidades o también según la característica del asana en sí. Mediante la ejecución de las mismas, se aprende a familiarizarse con el esquema corporal, a controlarlo y a utilizarlo de instrumento para lograr la conquista y dominio de la mente y pacificar las emociones.

El asana es más eficaz si se hace y deshace con movimientos lentos y controlados; si se mantiene la postura lo más que se pueda; si se realiza con una respiración pausada, uniforme y nasal; si se mantiene la mente concentrada durante la realización de la postura; y si los esfuerzos son graduales y racionales pero nunca excesivos. Por ello exige control sobre el cuerpo, las energías y la mente.

Las posturas colaboran en la reunificación de todas las energías dispersas. Además relajan y sedan, por eso combaten el estrés. Deben realizarse con una mente concentrada, con el estómago vacío, con prendas cómodas, sobre una superficie firme pero no dura. Por último, se debe ser perseverante para que a través del control sobre el cuerpo, se obtenga el de la mente.

Alma desnuda - Alfonsina Storni



Soy un alma desnuda en estos versos, 
Alma desnuda que angustiada y sola 
Va dejando sus pétalos dispersos. 

Alma que puede ser una amapola, 
Que puede ser un lirio, una violeta, 
Un peñasco, una selva y una ola. 

Alma que como el viento vaga inquieta 
Y ruge cuando está sobre los mares, 
Y duerme dulcemente en una grieta. 

Alma que adora sobre sus altares, 
Dioses que no se bajan a cegarla; 
Alma que no conoce valladares. 

Alma que fuera fácil dominarla 
Con sólo un corazón que se partiera 
Para en su sangre cálida regarla. 

Alma que cuando está en la primavera 
Dice al invierno que demora: vuelve, 
Caiga tu nieve sobre la pradera. 

Alma que cuando nieva se disuelve 
En tristezas, clamando por las rosas 
con que la primavera nos envuelve. 

Alma que a ratos suelta mariposas 
A campo abierto, sin fijar distancia, 
Y les dice: libad sobre las cosas. 

Alma que ha de morir de una fragancia 
De un suspiro, de un verso en que se ruega, 
Sin perder, a poderlo, su elegancia. 

Alma que nada sabe y todo niega 
Y negando lo bueno el bien propicia 
Porque es negando como más se entrega. 

Alma que suele haber como delicia 
Palpar las almas, despreciar la huella, 
Y sentir en la mano una caricia. 

Alma que siempre disconforme de ella, 
Como los vientos vaga, corre y gira; 
Alma que sangra y sin cesar delira 
Por ser el buque en marcha de la estrella.

martes, 10 de agosto de 2010

Cuando no queda nada - Diego Torres

Vivimos en un mundo sin razón
El odio es rey y la paz un error
El amor se deshace en la soledad
Si a los ojos no sabemos mirar
Quisiera saber por que
Hablamos contra la pared
Si hay una esperanza en pie,
Abramos la puerta, cambiemos la vida

Siempre se levanta el sol
Aunque en tu corazón una lagrima caiga
Porque siempre se levanta el sol
Para abrir una flor
Cuando no queda nada

Si te dormiste en brazos del poder
Y la mentira te quiere enredar
Y el deseo te roba la libertad
Ya no hay nadie en quien puedas confiar
Quisiera saber por que
Hablamos contra la pared
Si hay una esperanza en pie,
No la abandonemos, salvemos la vida

Siempre se levanta el sol
Aunque en tu corazón una lagrima caiga
Porque siempre se levanta el sol
Para abrir una flor
Cuando no queda nada

Ah no mas, mira es momento de cambiar
Es el momento de pensar y sentir
Cambiar de rumbo, amar y seguir
Aunque te ahogues en un mundo de traiciones
Aunque tu llores, puede que no sea el fin
Las ambiciones mas veloces que las emociones
Nadan, nadan, y no paran de crecer y crecer
Y los mas ricos, mientras los pobres nadan,
En un mar sin rumbo y sin direcciones
Por millones de secuestros y corrupciones
De políticos, banqueros y dictadores
Que nos prometen y nos prometen y luego
Te las meten en las elecciones
Solo quiero que pongas tu fe

Siempre se levanta el sol
Cuando no queda nada
Solo quiero que pongas tu fe
Siempre se levanta el sol
Cuando no queda nada

Siempre hay un camino - Diego Torres

No pienses que la vida
te devolverá
las cosas que perdiste
por no valorar.

Es tan difícil ver
lo que tan cerca está
tu eres la llave que
las puertas abrirá.

Siempre hay un camino
y una forma de llegar
piensa en el destino
hay tanto para dar.

Mirate bien por dentro
y descubrirás
que todo en esta vida
se nos puede dar.

Es tan dificil ver
lo que tan cerca está
tú eres la llave que
las puertas abrirá.

Siempre hay un camino
y una forma de llegar
piensa en el destino
hay tanto para dar
y debes cuidarte
ya no te lastimes mas
piensa en el mañana
y en lo que vendrá.

Debes buscarlo
buscar lo que es mejor
el mundo gira igual
y nadie va a parar.

No pienses que la vida
te devolverá
las cosas que perdiste
por no valorar.

Es tan dificil ver
lo que tan cerca está
tú eres la llave que
las puertas abrirá.

Siempre hay un camino
y una forma de llegar
piensa en el destino
hay tanto para dar
y debes cuidarte
ya no te lastimes mas
piensa en el mañana
y en lo que vendrá.

Mi love up dis rydm
mi love to do it right
it´s a natural thing
it´s a style of living

Jah music mek a mi irie
skankik mek me love
it´s an african dance
it´s a world fashion

Siempre hay un camino.
Piensa en el destino.
Piensa en el mañana
el mañana, el mañana.
Piensa en el destino
hay tanto para dar.

MI CORAZON SE FUE - DIEGO TORRES 2010

Tal vez sera mejor, tal vez
Que no vuelvas a llamar
No se, recuperarte o escapar
Tal vez, sera mejor caer
Y volverse a levantar
Llorar, perder el miedo
Y volver a empezar
Yo se que duele terminar
Que el mundo no se va a acabar
Y que la vida debe continuar

Y aunque mañana te siga pensando
Se que tu y yo no podemos hablarnos
Tal vez, sera mejor
Y aunque la duda me robe un suspiro
Sera difícil que seamos amigos
Tal vez, sera mejor

Tal vez mi corazón se fue
No te pudo acompañar
No mas, se fue de viaje a otro lugar
Yo se que duele terminar
Que el mundo no se va a acabar
Y que la vida debe continuar

Y aunque mañana te siga pensando
Se que tu y yo no podemos hablarnos
Tal vez, sera mejor
Y aunque la duda me robe un suspiro
Sera difícil que seamos amigos
Tal vez, sera mejor

Hoy te vas y yo me quedo
Cielo e infierno así es el amor

Y aunque mañana te siga pensando
Se que tu y yo no podemos hablarnos
Tal vez, sera mejor
Y aunque la duda me robe un suspiro
Sera difícil que seamos amigos
Tal vez, sera mejor

Ohhh ohhh ohhh
Tal vez, sera mejor

Tal vez mi corazón se fue
No te pudo acompañar

No alcanzan las flores - Diego Torres

Me pase la vida dejando pasar
Las palabras que el silencio me decía
Me hice el sordo y ciego y no te quise hablar
Se me fue el otoño jurando mentiras.

Pero ahora que se acerca el final
Como me cuesta aceptar
La guerra perdida
Me quedo sin fe
Me muero de sed
Buscando razones para olvidarte

Me duele el ayer
Me pesa tu adiós
y cargo la cruz de mis errores
No alcanzan las flores para pedir perdón

Me entregue al invierno y a la soledad
y deje que un beso no valiera nada
Me baje del viaje de tu corazón
Y subí a las nubes mientras te alejabas.

Pero ahora que se acerca el final
Como me cuesta aceptar que todo se termina
Me quedo sin fe
Me muero de sed
Buscando razones para olvidarte

Me duele el ayer
Me pesa tu adiós
Y cargo la cruz de mis errores
No alcanzan las flores para pedir perdón

Me faltan motivos para continuar
Soy solo una sombra sin rumbo y sin paz
Me quedo sin fe
Muero de sed
Buscando razones para olvidarte
Me duele el ayer
Me pesa tu adiós
Cargo la cruz de mis errores
No alcanzan las flores
No alcanzan las flores

viernes, 6 de agosto de 2010

Las intermitencias de la muerte

FRAGMENTO LITERARIO
Las intermitencias de la muerte
Una obra de José Saramago


Al día siguiente no murió nadie. El hecho, por absolutamente contrario a las normas de la vida, cau­só en los espíritus una perturbación enorme, efecto a todas luces justificado, basta recordar que no existe noticia en los cuarenta volúmenes de la historia universal, ni siquiera un caso para muestra, de que alguna vez haya ocurrido un fenómeno semejante, que pasara un día completo, con todas sus pródigas veinticuatro horas, contadas entre diurnas y nocturnas, matutinas y vespertinas, sin que se produjera un fallecimiento por enfermedad, una caída mortal, un suicidio conducido hasta el final, nada de nada, como la palabra nada. Ni siquiera uno de esos accidentes de automóvil tan frecuentes en ocasiones festivas, cuando la alegre irresponsabilidad o el exceso de alcohol se desafían mutuamente en las carreteras para decidir quién va a llegar a la muerte en primer lugar. El fin de año no había dejado tras de sí el habitual y calamitoso reguero de óbitos, co­mo si la vieja átropos de regaño amenazador hubiese decidido envainar la tijera durante un día. Sangre, sin embargo, hubo, y no poca. Desorientados, confusos, horrorizados, dominando a duras penas las náuseas, los bomberos extraían de la amalgama de destrozos míseros cuerpos humanos que, de acuerdo con la lógica matemática de las colisiones, deberían estar muertos y bien muertos, pero que, pese a la gravedad de las heridas y de los traumatismos sufridos, se mantenían vivos y así eran transportados a los hospitales, bajo el sonido dilacerante de las sirenas de las ambulancias. Ninguna de esas personas moriría en el camino y todas iban a desmentir los más pesimistas pronósticos médicos, Este pobre diablo no tiene remedio posible, no merece la pena perder tiempo operándolo, le decía el cirujano a la enfermera mientras ésta le ajustaba la mascarilla a la cara. Realmente, quizá no hubiera salvación para el desdichado el día anterior, pero lo que quedaba cla­ro era que la víctima se negaba a morir en éste. Y lo que sucedía aquí, sucedía en todo el país. Hasta la medianoche en punto del último día del año aún hubo gente que aceptó morir en el más fiel acatamiento de las reglas, tanto las que se refieren al fon­do de la cuestión, es decir, se acabó la vida, como las que se atienen a las múltiples formas en que és­te, el dicho fondo de la cuestión, con mayor o me­nor pompa y solemnidad, suele revestirse cuando lle­ga el momento fatal. Un caso sobre todos inte­re­sante, obviamente por tratarse de quien se trata, es el de la ancianísima y veneranda reina madre. A las veintitrés horas y cincuenta y nueve minutos de aquel treinta y uno de diciembre nadie sería tan ingenuo para apostar el palo de una cerilla quemada por la vida de la real señora. Perdida cualquier esperanza, rendidos los médicos ante la implacable evidencia, la familia real, jerárquicamente dispuesta alrededor del lecho, esperaba con resignación el último suspiro de la matriarca, tal vez unas palabras, una última sentencia edificante para la formación moral de los amados príncipes sus nietos, tal vez una bella y redonda frase dirigida a la siempre ingrata retentiva de los súbditos futuros. Y después, como si el tiempo se hubiera parado, no sucedió na­da. La reina madre no mejoró ni empeoró, se quedó como suspendida, balanceándose el frágil cuerpo en el borde de la vida, amenazando a cada instante con caer hacia el otro lado, pero atada a éste por un tenue hilo que la muerte, sólo podía ser ella, no se sabe por qué extraño capricho, seguía sosteniendo. Ya estamos en el día siguiente, y en él, como se informó nada más empezar este relato, nadie iba a morir (...)

miércoles, 4 de agosto de 2010

Horsetail Fall - Yosemite

Manuel Carrasco A Dúo Con Malú "Que Nadie"

Empezaron los problemas
se engancho a la pena
se aferro a la soledad
ya no mira las estrellas
mira sus ojeras
cansada de pelear.

Olvidandose de todo
busca algun modo
de encontrar su libertad
el cerrojo que le aprieta
le pone cadenas
y nunca descansa en paz
y tu dignidad se a quedado esperando a que vuelvas

Estribillo

Que nadie calle tu verdad
que nadie te ahogue el corazon
que nadie te haga mas llorar
hundiendote en silencio
que nadie te obligue a morir
cortando tu alas al volar
que vuelvan tus ganas de vivir

En el tunel del espanto
todo se hace largo
cuando se iluminara
amarrado a su destino
va sin ser testigo
de tu lento caminar

Tienen hambre sus latidos
pero son sumisos
y suenan a su compas
la alegria traicionera
le cierra la puerta
o se sienta en su sofa
y tu dignidad se a quedado esperando a que vuelva

Estribillo

Que nadie calle tu verdad
que nadie te ahogue el corazon
que nadie te haga mas llorar
mintiendote en silencio
que nadie te obligue a morir
cortando tus alas al volar
que vuelvan tus ganas de vivir

Que nadie calle tu verdad
que nadie te ahogue el corazon
que nadie te haga mas llorar
hundiendote en silencio
que nadie te obligue a morir
cortando tus alas al volar
que vuelvan tus ganas de vivir...

martes, 3 de agosto de 2010

Técnicas psicomentales Ana M. Desirello


El yoga ha conseguido innumerables técnicas y procedimientos para gobernar la mente y modificar y expandir la consciencia. La mutación de la mente es necesaria para adquirir una visión adecuada de nosotras mismas y de la realidad, y para conseguir que la mente se libere del conflicto.

Con las técnicas psicomentales aprendemos a sanar el subconsciente. Para el yoga el órgano psicomental está formado por la sustancia mental, la función receptora de la mente, conectada con los órganos sensoriales, el juicio-discernimiento-inteligencia y la función yoica o ego. Mediante el trabajo interior y las técnicas adecuadas, se adiestra en serenar la sustancia mental, intensificar y purificar la función receptora y perfeccionar el juicio-discernimiento-inteligencia para acceder a la sabiduría y purificar e ir neutralizando la neurótica acción del ego. Existen técnicas para llevar a cabo esta labor sobre el propio órgano mental.

Hay diversos planos y niveles en la mente y el yogui se esfuerza por acceder a los niveles más altos porque ellos reportan una visión adecuada de la realidad y proporcionan serenidad, permiten la activación de todas las fuerzas constructoras de la mente.

El desarrollo progresivo y metódico de la atención mental juega un papel de gran importancia tanto en el yoga mental como en el físico. Pero además, sólo en la medida que mejoremos su calidad también estaremos potenciando la función receptiva de la atención. Ésta es quien toma consciencia, capta y registra. Según su calidad, así será su registro. A través de las técnicas meditacionales se purifica, intensifica, unifica e integra al máximo la atención mental. Captar aquí y ahora sin interferencias innecesarias, atrapando el hecho tal y como es, tal es la capacidad de una atención bien entrenada, y ello permite la integración de toda la mente.

Nos permite percibir y percibirnos, conocer y conocernos, distinguir entre la cosa tal y como es y todo lo que el trasfondo de nuestra conciencia tiende a proyectar sobre ella.

Laberinto - Jorge Luis Borges

No habrá nunca una puerta. Estás adentro
y el alcázar abarca el universo
y no tiene ni anverso ni reverso
ni externo muro ni secreto centro.
No esperes que el rigor de tu camino
que tercamente se bifurca en otro,
que tercamente se bifurca en otro,
tendrá fin. Es de hierro tu destino
como tu juez. No aguardes la embestida
del toro que es un hombre y cuya extraña
forma plural da horror a la maraña
de interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
en el negro crepúsculo la fiera.