domingo, 14 de marzo de 2010

“Uno debería mirar la punta de su propia nariz…” - Osho


Lao Tzú, dijo:
“Uno debería mirar la punta de su propia nariz…”

¿Por qué? -porque esto ayuda, te alinea con el tercer ojo…Cuando se fijan ambos ojos en la punta d ella nariz, pasan muchas cosas…Lo fundamental es que tu tercer ojo está exactamente alineado con la punta de la nariz -apenas unos centímetros más arriba, pero en la misma línea, y una vez que te alineás con el tercer ojo, su atracción, su magnetismo es tan grande que si realmente te alineaste con él, va a absorberte incluso a pesar tuyo; solamente tenés que estar exactamente alineado con él, para que empiece a funcionar su atracción, su gravitación…Una vez que estés exactamente alineado con él, ya no vas a tener que hacer ningún esfuerzo…

De pronto, vas a darte cuenta que cambió la gestalt, porque los dos ojos forman la dualidad del mundo y del pensamiento, y el único ojo entre ellos, el tercero, forma los intervalos…Este es nada más que un método para cambiar la gestalt…

La mente lo puede distorsionar -la mente puede decir:

“Muy bien, ahora mirate la punta de la nariz; pensá en ella, concentrate en ella…”

Si te concentrás demasiado en la punta de la nariz, no va a funcionar, porque tenés que estar ahí, en la punta de la nariz, sí, pero de una forma muy relajada, para que el tercer ojo te pueda absorber; si estás demasiado concentrado, enraizado, focalizado, fijado en la punta de la nariz, tu tercer ojo no va a poder atraerte hacia adentro, porque tu tercer ojo jamás funcionó antes; al principio no puede ser muy grande su atracción, sino que va a ir creciendo de a poco…Y una vez que empieza a funcionar y con su uso va desapareciendo el polvo acumulado y el mecanismo esté vibrando bien, entonces sí, incluso si estás fijado a la punta de tu nariz, va a atraerte igual, pero no al principio…Tenés que estar muy, muy ligero, sin ninguna clase de carga, tensión o presión; tenés que estar solamente ahí, presente, como flotando…

“Si uno no se guía por la nariz, ya sea abriendo demasiado los ojos y mirando a la distancia, de manera que no se vea la nariz, o cerrando los párpados demasiado de manera que los ojos se cierren y, otra vez, no se vea la nariz…”

Otra función de mirar suavemente la punta de la nariz es ésta: que no te deja abrir demasiado tus ojos; si los abrís demasiado, se te hace disponible todo el mundo, hay mil y una distracciones…Pasa una mujer hermosa y la empezás a seguir -por lo menos con la mente; o alguien está peleándose, a vos no te interesa, pero igual te ponés a pensar:

“¿Qué pasará…?”

Alguien grita y sentís curiosidad… Mil y una cosas están pasando continuamente a tu alrededor; si abrís demasiado los ojos, te convertís en energía masculina, yang…

Si los cerrás completamente, generás una especie de ensueño, te ponés a soñar, te convertís en energía negativa, yin…

Para evitar ambas, solamente mirate la punta de la nariz -es solamente un artificio, pero el resultado es casi mágico…

Y esto no pasa solamente con los taoístas; lo saben los budistas, lo saben también los hindúes…Desde tiempos muy antiguos, todo meditador se tropezó en un momento con el hecho que si sus ojos están solamente medio abiertos, de una forma muy milagrosa escapa de dos abismos: uno es distraerse con el mundo externo, y el otro es distraerse con el mundo interno de los sueños…Con los ojos medio abiertos, estás exactamente en el límite de lo interno y lo externo; y ese es el tema: estar en el límite de lo interno y lo externo, o sea que, en ese momento, no sos ni masculino ni femenino; tu visión está libre de dualidad, tu visión trascendió la división en vos…Solamente cuando estás más allá de tu división, te alineás con el campo magnético del tercer ojo…

“Lo principal es bajar los párpados de la forma correcta y después dejar que fluya la luz hacia adentro por sí sola…”

Es muy importante que te acuerdes de esto: vos no sos el que tiene que empujar la luz hacia adentro, no la tenés que forzar; si la ventana está abierta, la luz entra sola, si la puerta está abierta, la luz inunda el interior; no tenés que traerla vos, no tenés que empujarla vos, no tenés que arrastrala para adentro…Además, ¿cómo vas a arrastrar la luz para adentro? Lo único que necesitás es estar abierto y vulnerable a ella…

“Uno mira con ambos ojos la punta de su nariz…”

Acordate que tenés que mirar con ambos ojos la punta de tu nariz, de tal forma que, en la punta de tu nariz, los ojos pierdan su dualidad, ya que ahí la luz que fluye de tus ojos se hace una, cae en un mismo punto…Donde se unen tus ojos, es el lugar en que se abre la ventana; y ahí está todo bien, ahí dejá que pase, ya podés gozarlo, celebrarlo, ya podés deleitarte y regocijarte… Ahí ya no hay nada más que hacer.

“Uno mira con ambos ojos la punta de su nariz, sentándose erecto…”

El sentarse derecho ayuda…Cuando tu columna vertebral está erecta, la energía de tu centro sexual también está disponible para tu tercer ojo…Es solamente un pequeño recurso, no hay nada complejo en esto, es solamente que cuando tus dos ojos se unen en la punta de la nariz, vos quedás disponible para tu tercer ojo; hacé disponible también tu energía sexual para él, y así el efecto va a ser doble, va a ser más fuerte, porque tu centro sexual tiene toda tu energía…Cuando tu columna está erecta, derecha, el centro sexual también está disponible para el tercer ojo…Es mejor atacar al tercer ojo desde dos dimensiones, penetrarlo desde dos direcciones…

“Uno…se sienta derecho y en una posición cómoda…”

El maestro está haciendo las cosas muy claras…Derecho, dice, es cierto, pero no incómodo, si no, vas a distraerte, otra vez, por la incomodidad…Ese es el significado de una postura yoga…La palabra sánscrita, asana, quiere decir posición cómoda; la comodidad es la cualidad básica; si no estás cómodo, tu mente se va a distraer por la incomodidad, por eso, es necesario que estés cómodo…

“No necesariamente quiere decir el medio de la cabeza…”

Y centrarse no quiere decir que tengas que centrarte en el medio de la cabeza…

“El centro es omnipresente; lo contiene todo; está conectado con el desencadenamiento de todo el proceso de la creación…”

Y cuando llegaste al punto del tercer ojo y estás centrado ahí, y la luz te inunda por dentro, alcanzaste el punto desde donde surgió toda la creación…Alcanzaste lo sin forma, lo inmanifestado, llamalo Dios, si querés…Este es el punto, éste es el espacio desde donde surgió todo; esta es la semilla misma de toda la existencia…Es omnipotente, es omnipresente, es eterna…

“Una contemplación fija es indispensable…”

¿Qué es la contemplación?…Un momento sin pensamientos; un estado sin pensamientos, un intervalo; y siempre está pasando, pero no estás conciente de él, si no no habría problemas…Viene un pensamiento, después otro, y entre estos dos pensamientos, siempre hay un pequeño intervalo; y ese intervalo es la puerta a lo divino, esa brecha es contemplación…Si mirás en ese intervalo profundamente, vas a ver que empieza a hacerse cada vez más grande…

La mente es como una ruta llena de tráfico…pasa un auto, después pasa otro, y te atraen tanto los autos pasando que no ves el intervalo que hay siempre entre dos autos…Porque si no hubiese intervalos, chocarían, pero no chocan porque hay algo entre ellos que los mantiene separados…Tus pensamientos no chocan, no se estrella el uno contra el otro, ni siquiera se pasan…Cada pensamiento tiene su propio límite, cada pensamiento es definible, pero la procesión es tan rápida, tan veloz, que no podés ver el intervalo, a no ser que realmente lo estés esperando, buscando…

Contemplación quiere decir cambiar la gestalt; por lo general, observamos los pensamientos: un pensamiento, otro pensamiento…Cuando cambiás la gestalt, observás un intervalo, otro intervalo…Tu énfasis ya no está puesto en los pensamientos, sino en el intervalo…

“Uno no tiene que quedarse sentado rígidamente si surgen pensamientos terrenos, sino examinar dónde está ese pensamiento, dónde empezó y dónde desaparece…”

Esto no va a pasar al primer intento…Vas a estar mirando la punta de tu nariz y van a venir los pensamientos…Vinieron durante tantas vidas…No pueden dejarte tan fácilmente…ya se volvieron parte de vos, se hicieron casi intrínsecos…Prácticamente estás viviendo una vida programada…

Esto suele pasar; cuando la gente se sienta a meditar en silencio, vienen más pensamientos de lo normal, más pensamientos que los que vienen en general -hay explosiones inusitadas…Millones de pensamientos se aglomeran, porque tienen algún interés en vos -y vos estás tratando de salir de su poder… Van a hacerte las cosas difíciles… Entonces los pensamientos están supuestos a venir, ¿Qué vas a hacer con ellos?… No podés quedarte simplemente sentado ahí, vas a tener que hacer algo…Luchar no va a ayudarte en absoluto, porque si empezás a pelear, vas a olvidarte de mirar la punta de tu nariz, de la conciencia del tercer ojo, de la circulación de la luz… Vas a olvidarte de todo, y vas a perderte en la selva de pensamientos… Si los perseguís, estás perdido; si los seguís, estás perdido; si peleás con ellos, estás perdido, entonces, ¿qué hay que hacer?

Y éste es el secreto…Buddha también usaba el mismo secreto; en realidad, los secretos son casi los mismos, porque el hombre es el mismo -el candado es el mismo, entonces la llave tiene que ser la misma…Y el secreto es este: -Buddha lo llama sammasati, acordarse correctamente…Simplemente acordate: vino este pensamiento, bueno, mirá donde está, sin antagonismo, sin justificación, sin condena; solamente se objetivo, como lo es el científico…Mirá donde está, de donde está viniendo, adonde está yendo…Mirá su llegada, su permanencia y su partida…y los pensamientos son muy móviles, no se quedan mucho tiempo…Solamente tenés que observar el surgimiento del pensamiento, su permanencia y su partida…No trates de pelear, no trates de seguirlo, solamente se un observador silencioso… Y vas a sorprenderte: cuanto más se vaya asentando la observación, menos pensamientos van a venir…Cuando la observación es perfecta, los pensamientos desaparecen… Solamente va a quedar un intervalo, sólo un intervalo…

Pero acordate de un punto más: la mente puede hacerte un truco nuevamente…

“No se gana nada al continuar la reflexión más allá…”

Esto es lo que hace el psicoanálisis de Freud: la libre asociación de pensamientos…Viene un pensamiento mientras otro pensamiento espera, y después otro, y toda la cadena…Esto es lo que hacen todas las formas de psicoanálisis -ir hacia atrás en el pasado; se conecta un pensamiento a otro y éste a un tercero y así, ad infinitum; no hay fin…Si entrás en eso, vas a entrar a una una jornada eterna que va a ser puro desperdicio…La mente puede hacer eso, así que tené cuidado…

No podés ir con la conciencia más allá de la conciencia, entonces no intentes lo inútil, lo innecesario; si no, una cosa va a llevarte a la otra, y así sucesivamente, y vas a olvidarte por completo lo que estabas tratando de hacer ahí…La punta de la nariz va a desaparecer, vas a olvidarte del tercer ojo, y la circulación de la luz va a estar a kilómetros de distancia…

Así que acordate estas dos cosas, que son como dos alas: uno, cuando haya un intervalo, sin pensamientos, contemplá; cuando venga un pensamiento, solamente fijate estas 3 cosas: dónde está este pensamiento, de dónde vino, adónde va…Por un instante, dejá de mirar al intervalo, mirá al pensamiento, observalo, y decile adiós…Cuando se haya ido, volvé otra vez en seguida a la contemplación…

“Cuando el vuelo de pensamientos se sigue extendiéndose más allá, uno tiene que parar y empezar la contemplación…Contemplá y después empezá la fijación otra vez…”

Entonces cuando vengan los pensamientos, hacé una fijación, y cuando se vayan entrá en la contemplación…

“Ese es el doble método de hacer que la iluminación sea pronta; significa la circulación de la luz…La circulación es fijación, la luz es contemplación…”

Cada vez que entres en la contemplación, vas a ver la luz que te inunda, y cada vez que hagas la fijación, vas a generar la circulación, vas a hacer que la circulación se pueda dar; ambas son necesarias…

“La luz es la contemplación; la fijación sin la contemplación es circulación sin luz…”

Esto es lo que pasó: esa calamidad le pasó al hatha yoga; ellos hacen la fijación; se concentran, pero se olvidan de la luz; se olvidan completamente del invitado; solamente se la pasan preparando la casa, están tan absortos preparando la casa, que se olvidan del propósito para el cual la están preparando, para quién…El hatha yogui prepara continuamente su cuerpo, lo purifica, hace posturas de yoga, ejercicios de respiración, y lo sigue haciendo hasta las náuseas…pero se olvida completamente por qué lo hace; y la luz está ahí esperando, pero él no la va a hacer pasar, porque la luz va a entrar únicamente cuando él se entregue por completo…

“Fijación sin contemplación es circulación sin luz…”

Esta es la calamidad que le pasa a los así llamados yoguis; la otra calamidad es la de los psicoanalistas y los filósofos…

“Contemplación sin fijación es luz sin circulación…”

Ellos piensan sobre la luz, pero no se prepararon para que ella los inunde; solamente piensan en la luz; solamente piensan en el invitado, se imaginan mil y una cosas del invitado, pero su casa no está lista; ambos se equivocan…

“¡Tomá nota de eso!…”

No caigas en ninguna de estas dos falacias; si podés mantenerte alerta, es un proceso muy fácil e inmensamente transformador; en un sólo momento, cualquiera que entienda correctamente, puede entrar en otra realidad…

Fuente: sendero espiritual

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